LA VIDA, UN BLUES

Con la colaboración de su hijo en la batería, de su hija en la composición, y de una selección de invitados, el bluesman argentino por excelencia concretó la grabación de un nuevo trabajo llamado “Hereje”, editado en CD y en vinilo, que además de ser su vigésimo álbum, lo encuentra cumpliendo 50  años como músico profesional.

Encontré una definición de la palabra hereje en un libro de un amigo chileno,Ramón Freire, que es tataranieto del de la calle Freire. Es un pibe muy sabio. Tiene un libro en el que encontré una definición, que se sumó a todo esto de la pandemia, y de lo que se empezó a hablar del nuevo orden mundial. Me dí cuenta que tenía una postura que no coincidía con la masa.
La definición de hereje que me encontré en el libro de Ramón Freire fue: son aquellos que buscan sus propios pensamientos libremente, en cuanto a filosofía de vida y a modo de vida. Me pareció muy poderosa en esta concepción que te estoy hablando. El hereje no es un maldito, un paria, aunque
un poco sí. Cuando uno quiere tener un libre pensamiento, se encuentra con el muro de la masa. Vos tenés que pensar de esta manera; esto es así, así, así.

Desde adolescente tuve una manera de pensar, desde que decidí ser músico y no ser técnico de telefonía en Entel. Ahí ya empezó un poco eso de buscar lo mío, de jugarme por la música. Aún en el mundo de la música, uno conoce gente, y hay que saber elegir. Después, con el tiempo, comencé a leer mucho. A los veinticuatro empecé a leer a Jiddu Krishnamurti, que es un pensador de la India, que me partió la cabeza. Los libros se te van presentando solos en la vida. Me empezó a gustar mucho Deepak Chopra, sin fanatismo sin nada. Se me cruzó el karate, el yoga, el vegetarismo. Nunca fui un atorrante
del rock. En este nuevo disco, creo que todo eso quedó plasmado.

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