Una guitarra con un sonido realmente grande, perfectamente definida, que apunta a un determinado sector de guitarristas.
Cuando toco una Telecaster, el sonido que la definiría con una sola palabra es “twangy”. Cuando toco con una Les Paul, el sonido es definitivamente “gordo”. Cuando probé la Aria FA-65, la palabra que definiría su sonido seriía “grande”. Debo confesar que no soy usuario de este tipo de guitarras, aunque no es la primera vez que me toca testear guitarras de caja. Pero cuando lo hago, tengo que reconocer que se produce en mí un enamoramiento más allá de que no sea el estilo de música que usualmente que estoy tocando.
Las guitarras de caja, en líneas generales son “bellas”, y este caso no es la excepción. En cuanto a la construcción, la caja compuesta por frente, lados y fondo de maple, está rodeada por una cenefa que contrasta con el color negro de la guitarra. La Aria tiene un solo corte en la parte inferior, como para poder llegar a las notas más agudas sin ningún inconveniente. El mango está pegado al cuerpo. Es de caoba con trastera de palisandro, con 20 trastes. La disposición de las clavijas es de tres en línea en la parte superior e inferior. La pala de la guitarra que es extra grande, y allí se encuentra el logo de la marca y el acceso al alma, que está cubierto por una tapa plástica. Sobre la trastera tiene los marcadores estándar de nácar perfectamente visibles, y la escala es de 24 ¾”. La electrónica de la FA-65 estÁ conformada por una llave de tres posiciones en la parte superior de la caja, micrófonos Duncan Designed HB103 en el puente y mango, pickguard color negro atornillado a la parte inferior de la caja, dos controles de volumen y dos de tono. El puente es de palisandro y el cordal es flotante, donde también se encuentra el pin sujeta correa. Además, no podían faltar en la tapa frontal de la caja, los típicos agujeros en “F” tan característicos de este tipo de guitarras. Todos los accesorios son cromados, salvo los controles de volumen y tono que son de color negro, haciendo juego con la terminación de la guitarra.
Una guitarra con un sonido realmente grande, perfectamente definida, que apunta a un determinado sector de guitarristas.
