ADRIAN VANDENBERG

SALIENDO DE LA TORMENTA

Después de haber lanzado del ’83 al ’85 varios álbumes con la banda que llevaba su apellido, David Coverdale lo llama en 1987 para que se una a Whitesnake, grupo con el que estuvo por doce años. Grabó por ejemplo el hit “Here We Go Again”, fue co-autor junto a Coverdale del álbum “Slip of the Tongue”, y giró en aquella formación junto a Steve Vai. En la actualidad, el guitarrista acaba de lanzar “Sin”, su nuevo trabajo en solitario.

Básicamente, lo que quería hacer desde MoonKings, fue empezar de nuevo. No quise sentirme presionado otra vez por una disquera o por managers. Simplemente quería saber qué sentía yo, y así salió el álbum “2020”. Y realmente sigo muy feliz por cómo quedó ese disco. Para “Sin” tuve que cambiar de cantante por un tema de agenda. Es una pena no haber podido girar con ese álbum. Hubiera sido genial. Pero bueno, en este tour vamos a tocar algunos temas de “2020”, y también algunas canciones de Whitesnake. ¡Así que va a estar bueno!
Tuve que cambiar de cantante, porque Ronnie (Romero), que grabó en “2020” vive en Rumania, y allí pudieron empezar a salir a tocar antes que en Holanda (Países Bajos), donde estábamos nosotros. Así que para cuando pudimos agendar shows, Ronnie ya tenía programados otros shows, y todo se superponía. Yo no podía esperar cuatro o cinco meses más, así que tomé la decisión de dejar a Ronnie y buscar un nuevo cantante, que en este caso es Mats Levén (ex Trans-Siberian Orchestra, Yngwie Malmsteen), quien canta en “Sin”.

AQUÍ VAMOS DE NUEVO
¿Cómo entré a Whitesnake? David Coverdale ya me había preguntado varias veces si quería unirme a la banda antes de 1986, pero yo no podía, porque a Vandenberg le estaba yendo muy bien. Pero la cosa era que yo realmente quería, así que sabía que eventualmente íbamos a trabajar juntos. Siempre fui fan de su voz.
En 1986 me deshice del contrato discográfico de Vandenberg con Atlantic Records. Ahí fue cuando recibí una llamada de un John Kolodner, el A&R de Geffen Records, quien me preguntó si podía viajar a Estados Unidos para hablar sobre un nuevo contrato discográfico para Vandenberg. Le dije que sí, viajé para allá, y entonces él me dijo que no había sido completamente honesto conmigo. Que en realidad tenía dos propuestas para mí. Una era formar una nueva banda para Vandenberg en Los Angeles con músicos de ahí, lo que me pareció interesante. La otra propuesta era que les gustaría que me uniese a Whitesnake. Y eso me sonó familiar, porque Coverdale ya me había preguntado esto mismo dos o tres veces. Así que pensé: “...ok, nunca voy a encontrar un cantante tan bueno como David Coverdale, asi que mejor me uno a David”. La banda para Whitesnake todavía no estaba formada. Sólo éramos David y yo por el momento. Luego se unieron Vivian (Campbell), Tommy (Aldridge) y Rudy (Sarzo), así que fue un proceso interesante.

El asunto con “Here We Go Again”, fue que lo primero que me pidió Coverdale fue rehacer las rítmicas de este tema, que ya había grabado John Sykes. Lo que él había hecho era lo que me describieron como una “versión metalera de la música country y occidental”. Entonces, se me ocurrieron algunas partes rítmicas y grabé el solo en unos diez minutos. Después grabé esa parte rítmica de arpegio en el segundo verso luego del primer estribillo a través de un Rockman. Todo se hizo muy rápido. A continuación vinieron las giras, y un poco después lo que luego se transformó en “Slip of the Tongue”.

MUNDOS DIFERENTES
Creo que la técnica hay que verla como una herramienta, algo para contar una historia. No te tendrías que preocupar de que la historia que querés contar con tu guitarra esté limitada por una técnica. Es importante tenerla para poder tocar como vos querés una y otra vez como suena en tu cabeza y en tu corazón. Pero a mí me parece que muchos chicos ahora, todo lo que escuchan en su cabeza es un biribiri a toda velocidad (risas). Para mí es increíble, porque algunos tienen una técnica impresionante. Pero la verdad es que prefiero escuchar algunas pocas notas, y poder darme cuenta de que es Jeff Beck o Van Halen, que tocan una gran melodía.

Marcelo Roascio

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