WILLY QUIROGA


Con una impecable carrera dentro del rock nacional, este bajista y cantante, autor y compositor de clásicos como “Azúcar amargo”, “Es una nube, no hay duda”, “Tengo razones para seguir” y tantos más, está festejando los 50 años de la edición de “La Biblia”. En la entrevista, Willy nos habla de su gestación, de su grabación, y también de su presente junto a su nueva banda.

Hechos, no palabras

Con una impecable carrera dentro del rock nacional, este bajista y cantante, autor y compositor de clásicos como “Azúcar amargo”, “Es una nube, no hay duda”, “Tengo razones para seguir” y tantos más, está festejando los 50 años de la edición de “La Biblia”. En la entrevista, Willy nos habla de su gestación, de su grabación, y también de su presente junto a su nueva banda.

Antes de grabar el primer simple con “Azúcar amargo” y “Quiero ser”, nosotros grabamos un disco de acetato. Lo del simple surgió porque nos vinieron a ver Jorge Álvarez, Pedro Pujó y Mario Rabey a un boliche en Quilmes. Cantábamos temas en inglés de los Bee Gees, de The Byrds, etc. Álvarez nos dice que le había gustado, pero que quería ver cómo sonábamos en Buenos Aires, ya que en Quilmes, para él, éramos locales. Nos llevó al Teatro Payró de San Martín y Córdoba. Es ahí donde viene la famosa anécdota de que fue Spinetta el que nos hizo cambiar del inglés al castellano. Pero la realidad fue otra.
Ensayábamos en una sala de Paraná y Sarmiento. Ahí alguien me da la tarjeta de otra persona que se interesaba por nuestro acetato con “Gimme some lovin” y “When a man loves a woman”. Nos encontramos, le gustó lo que habíamos grabamos, pero nos dice: muchachos, fíjense lo que se está haciendo ahora. Y saca un vinilo, lo pone en el tocadiscos y suena “…no hay que tener un auto, ni relojes de medio millón”. ¡Era “No pibe” de Manal! Así que el que nos hizo cantar en castellano fue Javier Martínez.

La Biblia” fue el segundo disco de Vox Dei (enero 1971). Habíamos quedado muy shokeados con el recibimiento que tuvo “Caliente”, nuestro primer disco. Me acuerdo que tocamos en el Luna Park, teloneando junto a otros grupos a las tres grandes bandas argentinas del momento, que eran Almendra, Manal y Los Gatos. Nosotros no éramos conocidos. Arrancamos con “Total qué” y la gente explotó. Recuerdo que cada banda hacía sólo tres temas. Así que cuando terminamos, el locutor dice: que prendan las luces del Luna Park, así Vox Dei ve a su gente. ¡De pronto teníamos gente! El locutor pregunta: ¿les pedimos un tema más? Entonces hicimos “Presente” y se terminó de armar la fiesta. Ahí fue que el locutor dice: si había tres grandes bandas en Argentina, ahora hay cuatro, porque se acaba de agregar Vox Dei.

Actualmente, además de Vox Dei tengo una banda solista. En el disco, que estábamos trabajando antes de toda esta situación, están Ricardo Tapia, Chizzo, Cristina Dall y Alambre González. Yo quería salir de Willy Quiroga Vox Dei, que es también otro rollo. Había surgido un problema -por así decirlo- con el nombre, pero el juez al final me autorizó a usar Willy Quiroga Vox Dei. Yo le puse el nombre a la banda en el ’69, y alguien lo registra en el 2005. En fin…
La banda se llama Willy Quiroga Soy, y está integrada por Jonathan Burgos en guitarra, Raúl Gutta en batería, y Sergio Pessina en segunda guitarra y coros.

La reflexión que puedo dar a los más jóvenes está referida a los managers. Si el artista va a tener un manager, que sea alguien que lo quiera, que lo respete. El día más feliz de mi vida fue el día en que me deshice de mi último manager. De esto hace treinta y pico de años. También, si integrás una banda, no hay que pasar por encima de tus compañeros. Hay que tener respeto. Si están todos juntos, la banda tiene que sonar junta. No puede ser que el violero o el batero quieran sonar más fuerte que el resto, por ejemplo. Y lo más importante, que realmente amen la música.

Marcelo Roascio
Insert de tapa: Hugo Panzaraza



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