Un delay, un compresor/booster, un flanger y un chorus, son motivo de examen de esta marca de pedales que no deja de soprender por la calidad de su audio en lo que a efectos para guitarra eléctrica se refiere.
Timeline
El Strymon TimeLine incluye 12 tipos de delays (digital, trem, Lo-Fi, reverse, dTape, multitap, etc.) con un retardo máximo de hasta 2,5 seg, que van desde el digital y cristalino hasta uno saturado tipo analógico, 200 presets en dos bancos de 100, implementación Midi, y un looper estéreo de 30 segundos. Junto con los clásicos controles de retardo (Time), cantidad de repeticiones (Repeats) y mezcla de la señal con y sin efecto (Mix), el TimeLine de Strymon incluye uno que controla el color o la modulación de las repeticiones (Filter), otro que regula la cantidad de saturación de las repeticiones (Grit) para asemejarlas a las producidas por un eco a cinta, y dos más que trabajan sobre la velocidad de las modulaciones (Speed) y la intensidad (Depth) de las mismas.
El TimeLine trae un selector (Type) para elegir entre los 12 tipos de delays, y otro (Value) para setear los distintos parámetros de cada tipo de delay. El pedal incluye tres footswitches. Uno (A) de bypass del efecto, que a su vez puede funcionar para lograr repeticiones infinitas, para ir pasando por los presets, o para grabar cuando el pedal está en modo Loop. El segundo footswitch (B) también pasa por los presets y activa la función de reproducción del Looper. Por último, el footswitch B es el de Tap Tempo, y activa o desactiva el Looper.
Además de la calidad de su audio, el TimeLine sorprende porque a pesar de ser un pedal con opciones casi infinitas, es muy accesible y sencillo de usar. Inteligentemente, la parte superior trae los controles habituales, mientras que la línea inferior presenta controles que posibilitan una modificación más fina del efecto. ¿Seteos? Imposible poner en palabras la complejidad sonora en los registros de este pedal, ya que existe una notable diferencia entre un delay de línea estándar y el Strymon. Escuchar para creer…
